El decano del Colegio de Ingenieros industriales de Aragón y La Rioja, Salvador Galve, el secretario técnico del Colegio, Francisco Serrano; el autor de la guía de buenas prácticas impulsada desde el Área de Economía, Innovación y Empleo del Ayuntamiento de Zaragoza, Carlos López Serrano; el ingeniero del Área de Mecánica de Fluidos de la Escuela de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad de Zaragoza, Javier Ballester, los investigadores de la Universidad de Zaragoza y miembros de Aireamos, Antonio Pina y Pilar Remacha y los investigadores del IIS Aragón, Ester García, Marta Baselga y nuestro compañero, Juan José Albá han sido los invitados a a la entrega presencial del diploma de Hijo Predilecto de la ciudad al investigador de la Universidad de Colorado e Ingeniero Industrial, José Luis Jiménez.

El acto ha servido, además, para que el investigador del Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón, Alberto Schuhmacher, presentara las conclusiones del primer proyecto en el que han participado los comercios. También el presidente de ECOS, Antonio Tornos, ha valorado la iniciativa en la que los empresarios se han implicado desde el principio. En esa línea, el informe arroja que los niveles de CO2 en los comercios analizados, en general, no tienen un alto riesgo de contagio por aerosoles y que aquellos que implementaron medidas correctivas ante un aumento de los niveles mejoraron sustancialmente la renovación del aire.




De forma más concreta, tras la fase de análisis de los datos recogidos entre diciembre y febrero, la primera conclusión apunta que los niveles de CO2 en los comercios analizados del centro de Zaragoza no tienen un riesgo alto de contagio por aerosoles y que las medidas que se puedan implementar para mejorar la calidad del aire ante un aumento de las ratios son fáciles de aplicar, contribuyendo así a una disminución del riesgo de transmisión de enfermedades respiratorias.
Por lo general, el proyecto ha sido bien recibido por parte de los responsables de cada establecimiento. Durante la realización del piloto, cada establecimiento ha recibido unas sesiones formativas que han servido para que los responsables de los comercios reafirmaran e incrementaran su concienciación sobre la importancia de la calidad del aire. Así, durante el proceso se han mostrado involucrados en el proyecto y han mostrado su disponibilidad para la implementación de medidas en el caso que fuera necesario. Además, aquellos que implementaron algún tipo de ajuste mejoraron sustancialmente la renovación del aire en su negocio.
En cuanto la tipología y actividad en el comercio, en lo que afecta a la renovación del aire, el documento apunta que debería estudiarse cada establecimiento de forma independiente, ya que depende del tipo de actividad o tamaño del local los niveles de CO2 cambian.
Para el desarrollo del piloto, en los 40 establecimientos comerciales de ECOS ubicados en la zona centro de Zaragoza se instalaron 85 medidores de concentración de CO2. Esos aparatos estuvieron permanentemente operativos y transmitieron telemáticamente sus lecturas cada muy pocos minutos al equipo investigador del proyecto para su análisis, interpretación y valoración. El primer paso del proyecto fue con la monitorización por parte del IIS Aragón de los establecimientos seleccionados. El objetivo era conocer insitu cómo funcionaba cada uno de los espacios. Los aparatos estaban dotados de tecnología de infrarrojo no dispersivo (NDIR) y con distribución variable en función del tamaño de cada establecimiento.
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